martes, 30 de enero de 2007

Relato: A historia de Inés




A minha historia
Eu vim de Portugal para Espanha porque os meus país, como sao camionistas tem que andar pelo país fora, a descarregar carros e eu nao posso ir com porque nao cabo no camiao e porque assim perco a materia toda na escola.
E tenho que ficar sozinha durante duas semanas, sozinha nao com a minha a avo que vive em Portugal no Centro Sul propriamente dito em Sesimbra. Mas como ir a Portugal gastaba muito dinheiro, os meus pais decidiram nos levar para Espanha, e agora ficamos com uma amiga da minha mae chamada Silvia, ela e muito simpática e gosta muito de nos.

Eu ja mudei de escola duas vezes, a primeira ves mudei de Setúbal para Sesimbra e agora a segunda mudei-me para ca. Estou a gostar muito desta escola, porque eu gosto das profesoras que tenho, os meus colegas sao simpáticos e ate ja tenho amigos e tambem adoro a minha turma.

Quando cheguei aquí a escola estava um pouco nervosa porque nao sabia se os meus colegas iriam gostar de mim ou nao mas depois comecei a ver que eu nao tinha que ter medo porque os meus colegas eram boas pessoas.

Em Portugal as coisas eram mais faceis porque toda a gente de la da minha escola eram da minha lingua e eu nao tinha tantas dificultades a falar, a final eu nao tenho a culpa de nao saber muito bem o español mas irei aprender depressa com a ajuda dos meus profesores e e claro tambem com a dos meus colegas.

Acho que ja acabei disse tudo da minha vida por isso espero que os meus colegas gostem.

jueves, 25 de enero de 2007

Biografias:Albert Einstein,----FALTA POUCO

Albert Einstein

Autor:CAMILA

Una infancia luminosa

Albert Einstein nació una mañana de Marzo de 1879, el día14, en Ulm, en una ciudad a orillas del Danubio, al sur de Alemania, en el estado de Württemberg. Era un niño gordito y algo cabezón. Su padre se llamaba Hermann y su madre Pauline.
El padre de Albert tenía una tienda de material eléctrico en la plaza de catedral.
Vivió poco tiempo en Ulm pero recuerda sus iglesias y su enorme campanario más alto del mundo con 161 metros. Después años más tarde pusieron su nombre a una calle de Ulm: Einsteintrasse.
Cuando Albert tenía un año de edad su familia se mudó a Munich, con su tío Jacob, el hermano de su padre.
Albert empezó a hablar a los tres años, “un poco tarde para un genio!!!!!!!!!!!
A los seis años su familia de mudó a una casa grande con un enorme jardín. Empezó a ir a la escuela con su hermana Maia, dos años más joven que Albert. Allí aprendió a leer y a escribir.
En la escuela católica de Sant Meter eran los dos únicos niños judíos.

Un animal misterioso llamado X

Cuando Albert tenía cuatro años, un día su padre, le mostró una brújula. Le fascinaba el movimiento de la aguja marcando siempre el norte. Algo fascinante despertaba su curiosidad, debía ser estudiado y secreto tenía que ser desvelado.
El tío Jakob era un buen hombre le ayudaba a Albert a hacer los deberes y le contaba a Albert unas historias maravillosas.
Le decía que el álgebra era una ciencia alegre, en la que se trataba de capturar un animal misterioso que lo llamaban X.
Recuerda que le encantaba la geometría. Sentía una especial predilección por ella y por la música. Le gustaba tocar el violín, porque era mucho más manejable y porque siempre le fascinó su sonido. Nunca se separó de su violín. Fue una compañera inseparable a lo largo de toda su vida. Siempre lo llamó Lina.
En 1889, con diez años de edad, ingresó en el instituto de Luitpol.
Sacaba buenas notas, a veces sin embargo él pensaba que los profes le tenían manía. En el instituto imperaba la disciplina y él tenía un carácter independiente, a menudo chocaba con la autoridad. Un día un profesor le habló con tono serio: “Einstein, usted es un chico inteligente, pero tiene un gran defecto: nunca permite que nadie le aconseje”.
En el instituto la clase de religión era obligatoria. Estudió el cristianismo y el judaísmo, la Biblia y el Torá (uno de los libros sagrados de los hebreos).

Su temprana fascinación por la ciencia

En las familias judías, como era costumbre invitaban un día a la semana a alguien necesitado. Acudió durante unos mese un judío ruso tan pobre como hambriento, llamado Max Talmey. Max estudiaba medicina y le traía a Albert unos libros de divulgación de la ciencia. A Albert le encantaban pero le crearon un serio conflicto. La religión y ciencia se contradecían. Max y Albert hablaban de todo esto durante largos ratos.
Un día Albert empezó a pensar en términos científicos y dejó las creencias religiosas. La ciencia le aportaba respuestas convincentes, la religión sólo preguntas e ideas imposibles de demostrar.
Por aquella época fue cuando se negó a aceptar cualquier imposición y a desconfiar de toda la autoridad.
En 1893 cuando tenía 14 años, las cosas empezaron a ir mal en la empresa de electricidad Einstein & Co, porque el ayuntamiento de la ciudad confió a otra empresa la iluminación de ciudad. El padre de Albert y el tío Jacob tuvieron que despedir a la gente y vender la fábrica. Al año toda la familia se trasladó a Italia, excepto Albert, porque tenía que acabar el curso. Fueron unos meses muy tristes para Albert.
Albert veía con tranquilidad la sociedad alemana se decantaba cada vez más al favor del nacionalismo y en contra de los judíos.
El instituto era un suplicio. Los métodos de enseñanza eran antiguos y a veces le planteaba cuestiones difíciles a los profesores. Ellos no sabían qué responderle. Eso les molestaba. Una vez izo enfadar tanto al profesor de griego que lo echó de la clase.
Albert había pasado las navidades solo y estaba en la última semana de 1894.Una mañana se montó en el tren que iba a Milán, muy cerca de Pavía donde estaban sus padres. Pero antes renunció a la nacionalidad alemana. No quería ser ciudadano de un estado militarizado y autoritario. Quiso adquirir






miércoles, 24 de enero de 2007

Textos Literarios: EL VIAJE A MADAGASCAR

Nos mudamos a http://centros.edu.xunta.es/ceipchanopineiro/




autores:ENRI YL LUCIINCOMPLETA

Se está Cocinando una historia interesante!!!!!!!








Capitulo 1: Planes traviesos ................. página 2
Capitulo 2: Ambre Vs Sta. María ....... página 5
Capitulo 3: Tanzania .............................. página 6
Capitulo 4: Bombay................................. página 9
Capitulo 5: José Ramón y Camila ....... página 11



La máquina, el problema y el fracaso

Todo empezó un miércoles 10 de Enero. Carlos estaba tumbado en el sofá, no miraba la tele, solo miraba al vacío. En aquel momento no había nada en el mundo que lo podía rescatar de sus pensamientos, sin embargo alguien lo consiguió. No fue ningún superhéroe, ni tampoco alguien famoso. Fue su madre que lo miró durante un momento y después le preguntó:
-¿En que estabas pensando?
Carlos no respondió, aunque la madre no sospechó que aquel pensamiento podría ser ¡El más decisivo de toda su vida!
En aquel momento, el grupo aún no estaba formado y mucho le faltaba para hacerlo.
Por otra parte Lucía estaba tumbada en la playa cuando un mensaje llegó a su móvil, era un mensaje curioso:
Visita la isla de Madagascar
Y quién iba a decir que por un simple mensaje, la vida de Lucía iba a cambiar por completo. De ese modo pasó el tiempo.
El día 9 de enero a las 16:00 de la tarde, Enrique salió a comprar con su hermana Elena. Cruzaron varias calles y se encontraron con una compañera de clase: Lucía.
-Hola Lucía- dijo Elena- ¿Qué tal?¿Qué haces por aquí?
-Voy a comprar a la librería ¿Y vosotros?
-Exactamente lo mismo que tú- respondió Enrique.
-¿Habéis visto a Carlos?- preguntó Lucía- dicen que está muy mal, yo he hablado con él por teléfono y me ha dicho que se encuentra fatal. Está enfermo, aunque no se muy bien lo que le ha pasado.
-¿Qué clase de enfermedad tiene?- preguntó Enrique.
-No lo sé, es lo que te estoy diciendo. Podemos ir para la librería y después pasar por su casa.
-No, yo no voy- dijo Elena- seguramente lo molestamos.
-Tranquila- le dijo Lucía- no molestaremos en absoluto. Hace tiempo que está enfermo y no ha vuelto a salir a la calle. Le gustará nuestra visita.
-Vale, a mi me parece buena idea- dijo Enrique.
-¿Y tú que dices, Elena?- preguntó Lucía.
-No sé, a lo mejor...
-Tranquila- le contestó Lucía mientras la agarraba por un brazo como si hubiera dicho que si.
Los tres juntos caminamos un rato y hasta llegar al lugar exacto donde entramos en la librería y nada más ver al vendedor, Lucía se quedó pensativa.
-Queremos tres libros de texto- dijo Enrique- los de matemáticas del curso 6º.
-Está bien-nos contestó el vendedor mientras rebuscaba en los cajones y nos daba los libros que habíamos pedido- ¿Algo más?
-No- dijo Lucía y le pagó.
Cuando salimos de la librería, Lucía nos dijo algo:
-Me he estado fijando en el vendedor y he visto que gana mucho dinero. Me encantaría ganar tanto como él, ya se que somos niños pero podríamos trabajar en algo como por ejemplo coser.
-¿Qué estás diciendo?- preguntó Elena.
-Estoy diciendo que podríamos trabajar y ganar dinero y...
-Si, ya te he oído, pero no me parece una buena idea.
-Bueno, está bien- dijo Lucía- olvídalo.
-¿Te pasa algo?-preguntó Enrique.
-No, no me pasa nada.
Continuamos andando por el pueblo de Gondomar hasta que llegamos a Donas, donde vivía Carlos.
Abrimos la verja del jardín y llamamos a la puerta.
La madre nos abrió de inmediato y nos dijo que su hijo estaba gravemente enfermo.
-¿Qué le pasa? - preguntó Enrique.
-Tiene una enfermedad muy peligrosa, pero no sé bien como se llama.
Nos sentamos alrededor de una mesa de cristal y seguimos hablando.
-Hace tiempo que mi hijo está enfermo, pero no sé cómo curarlo.
-Lo siento mucho- dijo Lucía- pero no podemos ayudar...
Y dicho esto, agarró a Enrique y a Elena por los hombros y los llevó hacia la calle.
-¿Qué se supone que estás haciendo?- le preguntó Enrique- Si acabamos entrar. ¿Por qué no quieres ayudar?
Elena también miró a Lucía con mala cara y le dijo:
-¿Por qué nos has sacado de la casa de Carlos?
-Es que... Es decir..., Aún sigo pensando en coser y ganar dinero, en realidad quiero reunir dinero suficiente para viajar con vosotros.
-¿Qué?- preguntó enrique extrañado- ¿A dónde se supone que quieres viajar?
-Quiero ir a Madagascar. Un viaje así no se hace todos los días.
-Estupendo- dijo Elena- vayamos a reunir dinero suficiente para viajar a la Isla de Madagascar.
Y de ese modo fue como empezamos con nuestro trabajo.
Nos instalamos con una máquina de coser, en una feria que se celebraba en nuestro pueblo.
El primer cliente del día fue una señora alta, de pelo castaño que aparentaba tener unos cincuenta años.
-Hola- dijo Elena.
-Hola- contestó la señora- ¿Me podéis coser esta camiseta?
-Si- le respondió Enrique- no se preocupe.
Le agarramos la camiseta y empezamos a coserla lentamente para que no hubiera ningún problema.
Todo estaba saliendo a la perfección hasta que la señora metió la punta de su vestido en la máquina y se le fue enroscando poco a poco hasta que ya no había vuelta atrás.
-¡Ah!-gritaba la señora- ¡ayuda!!!!!!!!!
No sabíamos que hacer. Nos quedamos con la boca abierta viendo como gritaba la señora.
-Tranquilízate- le dijo Elena.
-¡Nooooooooo!- gritaba- ¡¡¡¡ayuuuuuuuudaaaaaaaaaa!!!!
Nos sentíamos agobiados. Nunca se nos había planteado un problema de ese tipo. No nos movíamos. Solamente mirábamos como la máquina le estropeaba el vestido a la señora.
¿Qué íbamos a hacer?
-¡Para la máquina!- gritó Lucía.
Finalmente pudimos rescatar a la pobre mujer, pero en vez de ganar dinero, habíamos perdido, por que le tuvimos que pagar el vestido. Aunque eso no fue todo. También habíamos perdido lo más importante, la fama. Todas las personas de por allí quedaron horrorizadas.
-¡Os odio!- nos gritó- Sois horribles, malditas comadrejas.
Cuando la señora se fue aún nos latía el corazón, y sin pensarlo dos veces, supimos que habíamos fracasado.
Fuimos camino hacia casa sin esperanza ninguna. En ese mismo momento nos encontramos a la madre de Carlos.
-Hola- le dijimos.
-Hola- nos respondió- ya se que no os importa mi hijo, pero también sé cuál es el remedio de su enfermedad.
-Lo siento- se disculpó Lucía- Si que nos interesa, y mucho. Dinos el remedio por favor.
-Está bien. El remedio es una fruta con espinas. El jugo de esa fruta es el verdadero remedio. Lo malo es que solo se encuentra en un lugar del mundo. Se encuentra en Madagascar.
-¡Bingo!- dijo Lucía, pero evitó decirle, lo del viaje porque era un secreto que los adultos no podían saber.
-El miércoles iremos a buscar a tu hijo para ir a dar un paseo- mintió Elena, porque en realidad íbamos con él, a Madagascar...
Como era un secreto, ningún adulto se podía enterar. La verdad es que también tiene desventajas ser mayor de edad.
Pues el miércoles empezaría todo. Ese era nuestro plan y estábamos seguros de que todo saldría bien.


Planes traviesos

Incluso habíamos conseguido un mapa de la isla.


Era perfecto la idea y no podíamos esperar más. Tal y como nos conoceréis de otras aventuras, somos los mismos aunque han cambiado algunos personajes. Es decir, hemos hecho un par de
arreglos en el grupo.
Solo tres de nosotros nos reunimos el 10 de Enero pensando en el viaje. Pensábamos que sería una oportunidad única el la vida.
Lucía, Enrique y Carlos éramos los tres reunidos en aquel momento.
Uno de ellos era Enrique, que su descripción es la siguiente:
Enriques un niño de 12 años. Tiene el pelo marrón y los ojos verdes. Le encantan los gatos.
Los gatos eran su gran afición. Le gustaba toda clase de gatos: los persas, los siameses.
Enrique está en el colegio CEIP Chano Piñeiro en la clase de 6ºA.
Enrique mide 1’47 y pesa 33 kilos.
Suele ir vestido con una camiseta blanca, pantalón vaquero y botas marrones. A veces también suele llevar una sudadera azul o un abrigo marrón.
No le gusta el fútbol, pero tampoco lo odia del todo.
Pues más o menos ya que lo conocéis bien, Enrique continúa hablando del viaje con sus amigos.
Para terminar aprovechamos para contaros que su fecha de nacimiento es el 5 de Enero y es un niño muy hablador.
Ahora viene la descripción de Elena, la hermana melliza de Enrique:
Elena es la hermana melliza de Enrique, mide 1’38 m y tiene 12 años. Le gustan los gatos al igual que su hermano y también es una gran aficionada al patinaje.
Nació el 5 de Enero y va al colegio CEIP Chano Piñeiro. Está en la misma clase que su hermano, es decir, en 6ºA.
Elena pesa 30 kilos y es mucho más baja que Enrique. No se llevan muy mal aunque no les gusta jugar juntos.
Elena suele ir vestida con una camiseta roja que la lleva a todas partes. Casi siempre lleva un pantalón pirata y unos zapatos verdes que brillan en la oscuridad. Suele llevar unos pendientes bastantes sencillos .Son unas perlas blancas muy brillantes.
Elena tiene los ojos marrones y el pelo casi negro. Es un color tan castaño que le queda muy bien con su cara.
Ahora que ya la conocéis, vamos a describiros al siguiente protagonista de esta historia. Se llama Carlos y es una persona que no podría faltar en nuestro grupo:
Carlos es una persona muy simpática.
A Carlos le gustan los perros.
Carlos mide 1’43 y pesa 32 kilos. Tiene los ojos marrones al igual que su pelo. Carlos es una persona muy sonriente y habladora. Va a la clase de 6ºA. Carlos suele ir vestido con una camiseta amarilla y un pantalón verde .A veces lleva un abrigo de color negro y unas botas marrones.
Nació el 26 de Febrero y tiene 11 años, aunque pronto cumplirá los 12.
Ahora que ya conocéis a Carlos, os describiremos a Lucía, que ya es la última.
Empezaremos contándoos que a Lucía le gusta el tenis, pero menos charla y empecemos de una vez la última descripción.
Lucía es una persona muy importante en nuestro grupo y siempre suele estar sonriendo:
Lucía es una niña de 11 años, la verdad es que aún le queda para cumplir los 12, porque eso será el próximo mes de Abril.
A Lucía le gusta jugar al tenis. Tiene los ojos de color marrón claro y usa unas gafas fucsias.
Suele ir vestida con una camiseta verde, un pantalón rosa y unos pendientes en forma de dado.
Lucía mide un metro cincuenta y ocho.
También le gustan los gatos y va al colegio Chano Piñeiro en la clase de 6º A. La verdad es que no hay mucho más que contar sobre ella, pero espero que os haya gustado.

Los 4 protagonistas de esta historia estaban tan emocionados por aquella idea, que querían que todo saliera bien. No necesitaban ayuda de los mayores. Solo querían que no se dieran cuenta y escapar como si nada:

Miércoles: Comprar los billetes de avión.
Jueves: Viaje hasta Madrid.
Viernes: De Madrid a Tanzania en avión.
Sábado: Día de descanso, Visitar la zona y sacar fotos.
Domingo: Día de descanso.
Lunes: Emprender el viaje hacia Madagascar.
Martes: Seguir navegando
Miércoles: Seguir navegando
Jueves: Seguir navegando
Viernes: Llegar a Madagascar y volver.
Jueves: Seguir navegando
Viernes: Seguir navegando
Sábado: Llegar de nuevo a Tanzania y de ahí a España





Ambre Vs Sta. María

¿A que parte nos dirigimos? (Esta pregunta pasó varias veces por nuestra mente. La verdad es que era muy difícil elegir el lugar exacto de la isla. Habíamos pensado en uno de los dos cabos.
Uno de ellos es el cabo de Ambre (Consulta el mapa)
Otro es el Cabo de Santa María (Consulta el mapa)
Enrique quería ir al Cabo de Ambre. Allí hay un lugar llamado Antsiranana que posee varios acantilados.
Elena no quería ir a Cabo de Ambre, ella prefería el Cabo de Santa María.
Carlos quería el cabo de Santa María y Lucía el de Ambre. Estábamos liados.
Decidimos que podríamos ir al colegio a buscar a más personas para aquel estupendo viaje y decidir con ellos el lugar que podríamos visitar.
Preguntamos a Ana, a Isaac, a Paula, A Adrián, a Eloy...
Pero a nadie le interesaba. Estuvimos preguntando varios días hasta que encontramos a la persona ideal: ¡Camila!
Era estupendo tenerla de compañera, pero aún faltaba alguien por unirse a nuestro grupo y ese era: ¡José Ramón!
-Bien- dijo Lucía- nos reuniremos el día 15 en la casa de Enrique y Elena, allí decidiremos el lugar exacto de nuestro viaje.
El tiempo pasó y parecía que el frío no se iba con él. Estábamos impacientes y habíamos olvidado el viaje por completo. Puesto que ninguno de nosotros quería quedarse atrás, todos asistimos a la reunión en la casa de Enrique y Elena.
Antes de empezar la reunión deberíamos decidir el cabo al que íbamos a visitar y estos eran los resultados:
Votos para Cabo de Ambre (Antsiranana): Enrique y Lucía.
Votos para Cabo de Sta. María: Carlos, Elena, José Ramón y Camila.
Naturalmente había ganado el Cabo de Sta. María, pero esto aún no acaba aquí.
Nos pusimos por equipos haciendo varias pruebas a lo largo de la tarde. Íbamos empatados en los puntos que cada equipo había reunido y tan solo quedaba una prueba, la prueba final.
Carlos adornó todo con unas enormes luces y puso dos grandes taburetes en medio del salón.
-Muy bien- dijo- vamos allá, empezaremos con unas cuantas preguntas sobre la isla. El primero que falle será el equipo perdedor. Lo siento Elena, Camila y Jose, pero yo debo ser el juez. Preparamos bien nuestros oídos y nos miramos los unos a los otros con una cara de desafiante.
-Primera pregunta- dijo Carlos- ¿cómo se llama la capital de Madagascar?
El equipo de Elena se quedó en blanco, pero el equipo de Lucía fue el que contestó.
-¡Antananarivo!- dijo Enrique.
-Si- contestó Carlos con cara de fastidio- me duele decir esto, pero ¡Diez puntos para cabo de Ambre!
Enrique y Lucía gritaron de felicidad y Carlos dio paso a la segunda pregunta:
-¿En qué continente se encuentra Madagascar?
-¡Esta es fácil!- dijo Camila- ¡Oceanía!
-No, no es Oceanía-dijo Carlos.
Y mientras Camila intentaba buscar la respuesta correcta, Lucía contestó:
-¡África!
-¡Correcto!- gritó Carlos.
Enrique estaba contentísimo y Lucía no podía retener su felicidad. Llevaban 20 puntos de ventaja.
-Siguiente pregunta. ¿Cómo se llama el río que pasa por medio de la isla?
-Río Duero- dijo José Ramón.
-Incorrecto- contestó Carlos.
-Río Miño- dijo Elena.
-No, no es el río Miño- le respondió Carlos.
Entonces, mientras todos estaban pensativos, Enrique respondió:
-El río Manía.
-Si- dijo Carlos- esa es la respuesta correcta.
-Venga- dijo Enrique- tenemos que acabar rápido el concurso para empezar con la reunión.
-Cuarta pregunta: ¿Es verdad que Madagascar se separó de África?
-Si- respondió Camila.
-Muy bien- la animó Carlos- diez puntos más.
El equipo de Elena hicieron un gesto de alegría y chocaron las cinco.
-Y ahora...- los asustó Carlos- la pregunta definitiva. Si el equipo de Lucía y Enrique consigue llegar a los cincuenta puntos será el ganador. ¿Qué es más grande?¿Madagascar o Rusia?
-Rusia- dijo José Ramón.
-Estupendo- contestó Carlos.
Enrique ya no aguantaba más ¡¿dos preguntas seguidas?! No podía estar pasando aquello...
-Muy bien- dijo Carlos- ¿Cuántas islas hay en la tierra?
-Cuarenta y tres- dijo Lucía.
-¡Incorrecto!- respondió Carlos- Hay muchísimas menos.
-Quince- dijo Elena.
-¡Incorrecto!- volvió a decir Carlos- Hay menos de quince.
-Cuatro- dijo Enrique, pero se paró de inmediato y preguntó:-¿Qué clase de juez eres tú? ¡En la tierra hay más de ocho islas!
-¡No!- le gritó Carlos.
Todos nos miramos sin saber que hacer hasta que el equipo de Elena contestó:
-Ninguna.
-¡Correcto!- dijo Carlos, pero cuando quiso darse cuenta, Enrique estaba de pie:
-Eres un tramposo- le dijo- tu solo quieres que gane tu equipo.
-No- contestó Carlos- yo pregunte cuantas islas había en la tierra y han acertado ellos por que la respuesta correcta es ninguna.
-¿Pero como que ninguna?
-Si- dijo Carlos- Las islas no están en la tierra. Están en el mar.
-Es cierto- contestó Enrique sin poder negarlo- pero es una pregunta trampa.
-Siguiente pregunta, esta pregunta lo decide todo- le dijo Carlos a Enrique- os puede hacer ganar o os puede empatar. ¿Cómo se llama el océano que rodea a Madagascar?
-Océano Indico- dijo Camila y supo sin necesidad de comprobarlo, que habían acertado.
-Hay un empate- les informó Carlos- Entonces ya sabéis: Quién acierte esta pregunta, su equipo será el ganador. ¿Cuántas islas rodean a Madagascar?
Nos miramos con odio y contestamos los dos equipos a la vez:
-¡Seis!
Lo habíamos dicho a la vez por lo cuál habíamos empatado.
Todos miramos a Carlos para orientarnos, pero él también parecía tener la mente en blanco.
-Venga- dijo por fin- pasemos a la reunión.
-¿Pero quién ha ganado?
-Tranquilizaros, podremos hablar de eso durante la reunión, pero antes de eso debemos hacer nuestra base secreta. En ella hablaremos, merendaremos y nos esconderemos de cualquier persona. Será la base secreta de nuestro grupo. ¿Somos un grupo, no?
Nos pusimos a trabajar. Con escobas, alfombras y mantas, construimos nuestra base secreta, hecha a medida para los seis.
Nos sentamos en aquel sitio maravilloso y nos pusimos a hablar sobre las cosa más importantes del viaje y luego repasamos la lista de los puntos:
Juego de la escoba: 8/6
Fútbol sobre patines: 11/13
Concurso de malabares: 15/15
Votaciones: 4/2
Pelea de lucha libre: 5/7
Carrera de sacos: 3/1
Cuestionario: 50/50


Reunión en la base secreta

Tal y como habíamos planeado, la reunión dio comienzo en la base secreta que habíamos hecho en la casa de Enrique y Elena.
Carlos empezó con la charla:
-Puesto que ha habido un empate debemos hacer algo para desempatar, pero eso nos traería más problemas y no podemos seguir así. Tenemos que buscar una solución. ¿Alguna sugerencia?
-Yo- contestó Camila-¿Por qué no vamos a Cabo de Ambre y acabamos de una vez. A mi no me importa, me he esforzado mucho en defender a Cabo de Santa María, pero creo que es mejor el Cabo de Ambre, así que me uniré a su grupo.
-Estupendo- dijo Lucía- ya eres una más.
-¡Oh, no!- dijo Carlos- ahora si que estamos empatados.
-Tranquilo, Carlos- lo animó José Ramón- Yo me uniré a Cabo de Ambre.
-¿Qué?- preguntó Elena- ¿Cómo te atreves a irte del grupo?
Carlos y Elena se miraron sin creérselo y juntos respondieron:
-Vale, nosotros también formaremos parte de vuestro grupo.
Después de varios aplausos, todos se sentaron y Carlos continuó hablando:
-Como ya está solucionado el caso, ha finalizado la reunión.
-Nunca había visto una reunión tan corta- se dijo José Ramón.

No nos volvimos a ver hasta el día en que cogeríamos el avión a Tanzania. Estábamos listos y nada nos podía detener.
Fueron varias horas de vuelo y finalmente llegamos al aeropuerto, que por cierto, no era muy bonito y no estaba muy bien cuidado pero había que aguantarse. Salimos de allí y pudimos ver el pueblo.
-¡Es fantástico!- dijo Camila- vayamos a hacer unas fotos.
Aquel día comimos en el centro de la ciudad. Era un lugar repleto de gente que vestía de una manera curiosa.


Tanzania

Aquella parte de Tanzania no estaba muy habitada, por lo tanto nos dirigimos hacia la derecha por una carretera muy vieja.
-Esto me da mala espina- dijo Camila- comienzo a ver un par de casas enfrente.
-¿Pero de que me hablas?-interrumpió Enrique- ¡Yo no veo nada!
Nos encontrábamos rodeados de vegetación y ni siquiera se veía un coche.
Después de mucho caminar nos encontramos un pequeño hotel a las afueras de la ciudad.
No parecía demasiado lujoso, pero era nuestra última esperanza.
Entramos por una puerta vieja y en seguida nos atendieron. Nos hicieron entrar por un pasillo viejo hasta una habitación con dos camas.
-¿Dos camas?- Preguntó José Ramón extrañado- ¡Somos seis!
A Elena también le costó entender aquello, pero se tuvo que conformar.
Una vez dentro, nosotros seis empezamos a buscar solución al problema.
-Yo dormiré en el suelo- dijo Camila- Me parece un buen lugar para pasar la noche.
-¡No digas eso!- chilló Lucía- Tenemos que buscar alguna manera.
-Estamos en Tanzania ¿Qué esperáis?- preguntó Enrique- No os preocupéis. Dos camas es algo normal.
-Yo no pienso dormir en el suelo- dijo Elena.
Pero cuando casi nos habíamos decidido, pudimos ver una cucaracha en el suelo.
-¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhh!- gritó Lucía- quita esa cucaracha, Carlos.
Aquella noche no lo pasamos muy bien. Solo dos de nosotros durmieron sobre camas: Enrique durmió en la cama derecha y Lucía en la izquierda.
Tan mal lo pasamos aquella noche, que nos despertamos temprano para ir a visitar la zona.
-Llevaré la cámara- dijo Carlos- Así podré sacar unas cuantas fotos a la ciudad.
Decidimos salir de aquel horrible hotel cuanto antes y dirigirnos hacia la ciudad, pero no aguantamos mucho tiempo allí.
-¿Cuándo vamos a ir a Madagascar?-Preguntó José Ramón.
-No se- contestó Lucía- más o menos sobre la semana que viene.
-¿Qué? ¿Eso no es mucho tiempo? ¿Tendremos que esperar tanto tiempo en Tanzania?
A casi ninguno de nosotros le importó y el día 14 de enero del 2006, decidimos preparar todo para el viaje. Habíamos planeado lo suficiente y estábamos preparados para cualquier peligro, pero también habíamos hecho una promesa… si alguien se quedaba dormido el día del viaje ¡Lo dejaríamos atrás y nos iríamos a Madagascar sin él!
Nadie quería quedarse en Tanzania pero lo prometido es deuda.
Aún teníamos que quedarnos más tiempo en aquel hotel espantoso y no nos apetecía en absoluto.
Pasó mucho tiempo y ya nos habíamos acostumbrado a aquella vida, ¡menos mal!
Miramos el mapa por última vez apoyándolo en la mesilla de noche del hotel (una caja de zapatos) y decidimos dormir tranquilamente sin olvidarnos de la promesa.
Pero a la mañana siguiente no alquilaban barcas a motor en la tienda de al lado y tuvimos que esperar una noche más… y otra… y otra… y otra más… Hasta que por fin decidimos que teníamos que ponernos a trabajar. Construiríamos una barca nosotros mismos.
-¿Y el motor de dónde lo sacamos? – preguntó José Ramón- no somos Superhéroes…
-¡Cállate!- le gritó Elena- tenemos que esforzarnos si queremos llegar a Madagascar ¿No creéis?
-Al fin y al cabo hemos llegado hasta aquí- dijo Enrique- ¡Esto es África! No nos podemos echar atrás ahora.
Nos mirábamos los unos a los otros para orientarnos.
-¡Yo acepto la idea!-dijo Carlos.
-¡Yo también!- lo siguió Enrique.
Así que poco a poco, decididos de verdad, nos pusimos de acuerdo en que llegar hasta Tanzania había valido la pena.
-Muy bien- dijo Lucía- debemos conseguir la madera y el material.
-No será fácil- dijo Enrique- Pero lo conseguiremos, es una buena idea hacer la barca, aunque si se nos estropea por el camino… Hay varios kilómetros de aquí a Madagascar y puede ser peligroso.
-Tarde o temprano nos vamos a morir- dijo Camila.
-Venga, en marcha- nos animó José Ramón.
Después de una noche… y otra… y otra… y otra más ¡Conseguimos tener la barca montada.
Miramos el mapa mientras José Ramón señalaba la ciudad de destino: Antsiranana.
Antsiranana se encontraba en un extremo de la isla, en cabo de Ambre. Preferíamos esa punta de la isla antes que la otra: Cabo de Santa María.
Esa noche nos acostamos tempranísimo. Así, a la por la mañana podríamos preparar el equipaje y montarnos en la barca a tiempo.
A la mañana siguiente…
-¿Qué?-dijo Lucía- ¡José Ramón y Camila se han quedado dormidos!
Nunca pensamos que llegaría a pasar aquello. No teníamos ganas de abandonarlo allí, en Tanzania, pero las promesas siempre se deben cumplir. Abrimos la puerta lentamente para no despertarlos y salimos corriendo hacia la costa.
-Bien – dijo Lucía- ¿Estáis preparados para el viaje más importante de vuestras vidas?
-Si- respondió Carlos- estamos bien equipados con todo lo necesario y llegaremos rápidamente.
Cogimos la barca y juntos la arrastramos hacia el mar hasta que el agua salada la elevó como por arte de magia. Subimos uno por uno para que no sucediera nada extraño. Estábamos nerviosos, dentro de muy poco llegaríamos al lugar más deseado de nuestras vidas.
-Venga, vamos- dijo Enrique- tenemos que llegar por la parte el cabo superior de la isla: Cabo de Ambre. Allí está el lugar que visitaremos: Antsiranana.
-Estoy impaciente- dijo Elena- este es un día maravilloso.
Y así fue como emprendimos rumbo hacia Madagascar.
Las tormentas y los fuertes vientos nos dejaron K.O., pero nos aguantamos y seguimos adelante buscando la isla.
Pasmos varis noches flotando sobre el mar y cuando ya estábamos artos… ¡Pum!
-Hemos chocado con Bombay-dijo Carlos- ¡Estamos en la India!!!!!!
Nos sentíamos fatal. Nunca pensáramos en que acabaríamos en la India.
Miramos a nuestro alrededor sin poder creernos lo que sucedía en aquel momento.
La verdad es que no nos esperábamos un final así para nuestro viaje.
Casi sin poder creer lo que había pasado, nos miramos unos a los otros, pero nadie dijo nada.
El agua cristalina brillaba a nuestro alrededor. Nos encontrábamos rodeados de muchísima vegetación. Sin duda, aquel sitio era muy interesante.
Pero lo peor era que no estábamos donde queríamos estar. Aquel lugar no era Madagascar.

martes, 23 de enero de 2007

Textos informativos: -volcanes-Pompeya---

Autores: Elena, Ana, Paula
Fuentes de información: Internet
Pompeya
Pompeya, ciudad de la Antigua Roma que junto con Herculano y otros lugares más pequeños y situados alrededor de la bahía de Nápoles, fueron destruidos por la erupción del Vesubio en el año 79. En la actualidad cuenta con 25.751 habitantes y forma parte de la Provincia de Nápoles.
La ciudad fue fundada en el Siglo VII adC por los Oscos
En el año 62 un terremoto dañó seriamente Pompeya y otras ciudades cercanas. Durante el período que va entre ese año y el año 79, año de la erupción del Vesubio, la ciudad fue reconstruida, quizá con mayor suntuosidad en los edificios y el arte que antes. En el momento de la erupción, la cercanía de las próximas elecciones para ocupar cargos públicos servía de acicate a los más ricos de la ciudad para destinar dinero a la reparación de templos y otros edificios públicos, intentando ganarse así el voto popular. Varios de estos edificios conservan placas en honor de sus reparadores.
Tragedia del Vesubio
En el año 79 los pequeños terremotos que de cuando en cuando sacudían la zona aumentaron considerablemente, tanto en tamaño como en intensidad. Uno de ellos llegó a bloquear el flujo de agua del Aqua Augusta, el acueducto que abastecía a Pompeya y las ciudades vecinas, unas 48 horas antes de que se produjese la erupción que se avecinaba. A la una de la tarde del día 24 de agosto se produjo una explosión cien veces más potente que la de la bomba atómica lanzada en 1945 sobre Hiroshima. La parte más alta del Vesubio voló por los aires, comenzando la emisión de gases, polvo y cenizas a la atmósfera que configuraron lo que hoy se llamaría una nube piroclástica. Se calcula que la nube alcanzó entonces más de treinta kilómetros de altura.
La mejor crónica de la tragedia procede de los escritos de Plinio el Joven (quien se basó en muchas de las observaciones dejadas por su tío, Plinio el Viejo, y en su propia experiencia personal), que fueron relatados al también historiador Tácito en una carta. Plinio describe una enorme columna de humo gris y oscuro, «con la forma de un pino», brotando del Vesubio y perfectamente visible desde donde él se encontraba, en la villa familiar de Miseno (Miseno dista 30 kilómetros de Pompeya y se encuentra separada de ésta por la bahía de Nápoles[1]). Plinio el Viejo, que comandaba la flota de Miseno, recibió poco después una carta de auxilio de la mujer de un amigo suyo, atrapada en su casa de Stabia (hoy Castellamare di Stabia), no lejos de Pompeya. Deseando presenciar desde más cerca el fenómeno (tal vez con la intención de incluirlo en los nuevos tomos de la Historia Natural que estaba escribiendo) dirigió en persona una escuadra que cruzó entonces la bahía.
La mayoría de los habitantes de la región, en cambio, se encontraban hasta cierto punto tranquilos, ya que ignoraban todo lo relativo a los volcanes. El Vesubio llevaba más de 1.500 años sin entrar en erupción, mucho antes de la propia fundación de Roma y Pompeya, por lo que sus habitantes lo tenían por una simple montaña inofensiva. El desconocimiento se agravaba si se tiene en cuenta que en la época romana ni siquiera se tenía un verdadero conocimiento de lo que era un volcán: esta palabra, de hecho, no tiene equivalente en latín, sino que la voz actual en castellano procede del nombre de Vulcano, el dios del fuego y los metales cuya fragua se situaba en el Etna. Este volcán siciliano, único que hasta entonces había sido visto en erupción por los romanos, se consideraba como único en esta característica. Así pues, no es de extrañar que en un primer momento sólo una parte de los habitantes de la ciudad recogiesen algunas pertenencias y se marchasen presas del nerviosismo o el pánico. Poco después, la ceniza comenzó a acumularse en la atmósfera, formando una nube negra que el viento empujó hacia el sureste. Así, Pompeya quedó oscurecida como si se hiciese de noche en pleno día, mientras que Herculano, situada mucho más cerca del volcán, siguió bañada por el sol. A la ceniza le siguió una lluvia de piedra pómez sobre la ciudad, un fenómeno inaudito para los romanos, que pronto comenzó a acumularse sobre las calles y tejados.
Las únicas crónicas fiables de lo ocurrido fueron escritas por Plinio el Joven en una carta enviada al historiador Tácito. Plinio observó desde su villa en Miseno (a 30 km del Vesubio) un extraño fenómeno: Una gran nube oscura en forma de pino emanando de la cima del monte. Al cabo de un tiempo, la nube descendió por las faldas del Vesubio y cubrió todo a su alrededor, incluyendo el mar.
La «nube» sobre la que escribió Plinio se conoce actualmente como flujo piroclástico, una nube de gas, ceniza y roca sobrecalentados que es expulsada por un volcán. Plinio constató que hubo varios temblores de tierra antes y durante la erupción. También anotó que las cenizas caían en capas muy gruesas y Miseno tuvo que ser evacuada.
Su descripción reflejaba el hecho de que el Sol fue bloqueado por la erupción y la oscuridad reinaba en pleno día. Su tío Plinio el Viejo había partido en varios barcos (Miseno se encontraba frente a Pompeya, al otro lado de la bahía) con la intención de investigar el fenómeno. Plinio el Viejo murió aparentemente por asfixia causada por el dióxido de carbono tras desembarcar.
Gruesas capas de ceniza cubrieron dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones fueron olvidados. Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748. Desde entonces, ambas villas han sido excavadas revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. Realmente el descubrimiento tuvo lugar en el año 1550, cuando el arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para el río Sarno. Pero hubo que esperar 150 años antes de que se iniciara una campaña para desenterrar las ciudades. Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.

Historias hechas con hache.

ceip chano piñeiro
ceip chano piñeiro, nos mudamos !!!!!! a:

http://centros.edu.xunta.es/ceipchanopineiro/












La historia de Hugo
Autor: Enrique

Me desperté rápidamente y vi que mi perro se había vuelto a (esta "a"se había colado con hache, disculpas!!!!!!!!!) escapar.
Habíamos hecho todo lo posible para intentar atarlo, pero su maldita afición por los helados lo volvía loco.
-¡Ah, ha vuelto a suceder! ¿Que vamos a hacer?
Me reuní con mi hermana para hablar y se lo conté.
-¿Por qué no pruebas a darle tú los helados?
-¡Ni hablar! ¿Dónde se ha visto eso?
Ya me había metido en un problema. El perro no era mío. Era de mi amiga Helena.
Aquella noche volví para mi hogar, sin el perro en mi herencia.
Tendría que hacer algo. Pensé en colgar carteles hechos por mí. ¡No sería mala idea!
Me acosté temprano y lo mismo hice a la mañana siguiente.
Me dediqué toda la mañana a hacer carteles y luego le hice la letra que decía esto:

Se ha perdido un hermano
de pequinés.
Más datos: Le gustan los helados y
jugar con el polvo.

Empezó a hacer frío y no podía colgar más carteles. Tuve que irme para mi casa y dormirme hasta la mañana siguiente…
¡Ding, Dong!
Tocaron el timbre e hicieron un fuerte golpe en la puerta.
Me levanté, abrí la puerta y vi a mi amiga Helena:
-Hola, ¿me devuelves el perro?
Me quedé sin palabras e hice todo lo posible para hablar con ella de otro tema:
-Hola, ¿Qué haces por aquí?
Hice todo lo posible para intentar disimular, pero los carteles que había hecho se me habían caído al suelo.
-¡Ah! ¿Qué se supone que estás haciendo?
Pensé en cerrar la puerta, pero no lo hice así:
-Perdona, pero ahora no puedo seguir hablando contigo. Hasta otra.
Entonces hice un gran esfuerzo y cerré la puerta.
-¡Hugo!- me gritó desde fuera- ¿Qué me has hecho?
No contesté. Me había quedado totalmente en blanco.
-¡Hugo!¿Qué has hecho?
Entonces hice el equipaje para largarme de allí: Un horario del trabajo, un reloj que solo marca la hora, un hilo dental, un par de helados y una bolsa llena de cacahuetes.
Me iba a largar de allí e irme a vivir a la casa de mi hermana.
Mientras caminaba intente buscar al rabioso pequinés que había huido.
No conseguí encontrarlo por ningún lugar. Llegué a la casa de mi hermana...
Se encuentra en un lugar viejo y horripilante. ¡Que horror sentí al ver aquello!
Había caminado mucho, pero por fin consiguiera llegar a casa de mi hermana.

Antes de llamar al timbre pensé: ¿!Que estoy haciendo!?
Pero decidido de verdad pulsé con el dedo el botón:
-Hola- respondió mi hermana- ¿Quién ha llamado?¿Hola?
-Hola, soy yo, Hugo.
-Hola, Hugo. ¿Por qué me llamas, hermano?
-Ábreme, hazlo rápido.
Me abrió la puerta y le conté lo que había sucedido.
-¿De verdad quieres vivir aquí? Tendrás que hacer tú la comida.
-La haré.
Pasé allí varias horas trabajando y haciendo la comida. Mi hermana me obligaba a trabajar y yo no sabía si estaba haciendo lo correcto.
El tiempo pasó hasta que un día, el perro ¡Había aparecido!
Lo vi desde la ventana, en la calle.
-Hasta luego-le dije a mi hermana.
Llegue a la calle y parecía que me intentaba hablar. Lo cogí, lo llevé para mi casa y le hice un juguete hecho con hilo. Ahora vivo con él, pero sé que llegará el día que se lo tendré que devolver a mi amiga Helena.


HECTOR_
Autor: CAMILA


Érase una vez, hace ya algún tiempo, un chico que era huérfano. Él se llamaba... ¡Ah! Ya lo recuerdo se llamaba Héctor, vive en la India y como ya he dicho es ,es... ¿cómo dice? Mmm...¡Ah! Es huérfano aunque tiene un padrastro muy, muy, pero muy malo.Resulta que la madre se había muerto por culpa de una aceituna, y antes de morirse se había casado con un señor, como ya he dicho muy, muy, malo. Héctor lo había pasado muy mal por la muerte de su madre.El padrastro le había obligado a cosechar : lechugas, tomates, judías, calabazas, patatas, muchas, muchas, muchas zanahorias, manzanas, a no, manzanas no, eso no se cosecha, sale de un árbol. Digo yo, ¿cómo se le puede mandar hacer eso a un niño de tan solo 10 años…Después de unas semanas había llegado una ONG que se encargaba de que los niños más necesitados tuvieran una vida nueva y con unos nuevos padres que se encargarán de que los niños vayan al colegio.Un día Héctor había oído hablar sobre esa ONG (gracias a una cotilla que había pasado por allí) y decidió ir a su sede para tener una vida nueva, donde no lo obliguen a trabajar tan, tan duro como lo hacía su padrastro.Finalmente Héctor vive una nueva vida con unos nuevos padres que lo protegen, lo llevan al colegio (donde ha aprendido muchas reglas útiles de la hache), y que lo quieren mucho.CAMILA

HISTORIAS CON B (BUENO, BONITO,BARATO...BEAT...)
Autoras:Ana yElena.
BEATRIZ …
El 14 de Febrero (día de San Valentín) nació una niña de cuyo nombre …es Beatriz, en Corrubedo .A su abuelo , Santiago Pernas le gustaba tumbarse en la hierba de Mondoñedo ,los Sábados del mes de Abril al acabar de beber su bebida . También le gustaba tumbarse con su nieta Beatriz a observar el Sol al abrir sus abundantes rayos.
Un buen día Beatriz se bañó con su abuelo y se subieron en un barco blanco con botes llenos de billetes para ir a Brasil .Cuando se enteraron el barco había zarpado y ya no podían bajar.
Al llegar a Brasil se enteraron que un buque embarcaba en una baya ,y que costaba cada billete 14 € por persona . Beatriz y su abuelo se pusieron a buscar trabajo, su abuelo de barrendero y ella disfrazada de bogavante en un restaurante que se llamaba GAMBA FRÍTA Consiguieron el dinero cuando Beatriz cumplía 19 años , el buque partía en Septiembre .
Se subieron a un buque muy bonito ,que ponía:” se busca a Beatriz y Santiago Pernas ,desaparecidos el 3 de Octubre “.Se pusieron muy asustados ,y al llegar a casa Beatriz corrió a los brazos de su madre .
De eso hace ya 35 años , y Beatriz se hizo mujer y profesora de unos alumnos muy buenos .

Hache, una familia de conejos



En una madriguera vivía una familia de conejos. Un día había una conversación entre los mayores, estaban discutiendo de cual es la razón por la que el topo había robado una zanahoria.Hablando de zanahorias, con esta conversación me esta entrando el hambre. Entonces los niños fueron a buscar hormigas al bosque.
Mientras pensaban como cruzar el río apareció por ahí un gran hipopótamo. Entonces los conejos le preguntaron al hipopótamo como podrían cruzar el río. Y el hipopótamo les contestó:
- Tendréis que encontrar un hueso y cambiárselo a Horacio Gómez el buitre del bosque más conocido como ”EL CARROÑA”.
Entonces fueron cavando hoyos, hasta que encontraron el hueso.
Ahora solo les falta encontrar a “EL CARROÑA”. No les fue nada difícil porque tuvieron la suerte de que uno de los conejos tropezó y el hueso saltó por los aires.
Entonces apareció “EL CARROÑA”. Le ofrecieron lo que le había dicho el hipopótamo y el buitre, se esfumó volando por los aires con el hueso que tanto trabajo les había costado.

A continuación acudieron a Pérez Presa y sus hermanos que poseían una empresa de construcción. Entonces los conejos le ofrecieron a los castores una lima para afilarse los valiosos dientes que poseen los castores. Ya cerrado el trato solo les faltaba encontrar la lima, pero por suerte unos cazadores de la zona se les cayó una lima y menos mal que no se dieron cuenta de que estaban ahí los conejos. Cumplido el trato cruzaron el río con el trabajo que habían hecho los castores.
De repente se escuchó un balazo con un sonido muy potente, unos segundos después aparece por ahí un lobo horrorizado por los balazos. Los conejos huyen con el lobo hasta llegar a la cueva del oso. Mas tarde pasó el peligro y salieron de la cueva pero empezó a llover y se tuvieron que refugiar de nuevo en la cueva junto al lobo y el oso. Dice el lobo: Como siga lloviendo así el río va a desbordar y no podréis dar vuelta atrás.
Así fue el río desbordó...
Paro de llover más tarde asomaron la cabeza y comprobaron que había un resplandeciente sol. Allí a un rato los cazadores se marcharon y nuestros honrados amigos salieron de la cueva.
Nada mas salir encontraron un campo de zanahorias los dos amigos corrieron a por las zanahorias, pero lo malo es que no disponían de mucho espacio para guardar las zanahorias.
¡Menos mal! , por fin algo les favorece a los conejos.
Eh! amigos perdonarme por haberme escapado con el hueso, como de repente se escuchó un balazo entonces decidí huir con el hueso, pero ahora que estoy aquí voy a formularnos mi parte del trato.
-Horacio no te importaría cambiar el trato ¿no?
-Por supuesto que no
-El trato es: Que tal si nos coges unas cuantas zanahorias, y nos las llevas a la madriguera.Cerrado el trato los dos hermanos se fueron a la madriguera, y unos instantes después tenían un montón de zanahorias dentro de la madriguera.


Luna lunera
autores:Ernesto y Cristian

Luna lunera
donde esta élla,
sino sale élla
se perdió en la paella.

Al fin salió por la noche
se nota que no tienes porche
nos fuimos de viaje
a la noche llegamos al estanque

La luna seguía sin salir
y su porche a medio construir,
a la noche salio la luna
y cada vez salía mas tortuga.

Cuando la luna se hacía de rogar,
los niños empezaban a cantar

Al fin se construyó el porche
y se notaba que era un coche,
cuando los niños marchaban
la luna los miraba.