jueves, 25 de enero de 2007

Biografias:Albert Einstein,----FALTA POUCO

Albert Einstein

Autor:CAMILA

Una infancia luminosa

Albert Einstein nació una mañana de Marzo de 1879, el día14, en Ulm, en una ciudad a orillas del Danubio, al sur de Alemania, en el estado de Württemberg. Era un niño gordito y algo cabezón. Su padre se llamaba Hermann y su madre Pauline.
El padre de Albert tenía una tienda de material eléctrico en la plaza de catedral.
Vivió poco tiempo en Ulm pero recuerda sus iglesias y su enorme campanario más alto del mundo con 161 metros. Después años más tarde pusieron su nombre a una calle de Ulm: Einsteintrasse.
Cuando Albert tenía un año de edad su familia se mudó a Munich, con su tío Jacob, el hermano de su padre.
Albert empezó a hablar a los tres años, “un poco tarde para un genio!!!!!!!!!!!
A los seis años su familia de mudó a una casa grande con un enorme jardín. Empezó a ir a la escuela con su hermana Maia, dos años más joven que Albert. Allí aprendió a leer y a escribir.
En la escuela católica de Sant Meter eran los dos únicos niños judíos.

Un animal misterioso llamado X

Cuando Albert tenía cuatro años, un día su padre, le mostró una brújula. Le fascinaba el movimiento de la aguja marcando siempre el norte. Algo fascinante despertaba su curiosidad, debía ser estudiado y secreto tenía que ser desvelado.
El tío Jakob era un buen hombre le ayudaba a Albert a hacer los deberes y le contaba a Albert unas historias maravillosas.
Le decía que el álgebra era una ciencia alegre, en la que se trataba de capturar un animal misterioso que lo llamaban X.
Recuerda que le encantaba la geometría. Sentía una especial predilección por ella y por la música. Le gustaba tocar el violín, porque era mucho más manejable y porque siempre le fascinó su sonido. Nunca se separó de su violín. Fue una compañera inseparable a lo largo de toda su vida. Siempre lo llamó Lina.
En 1889, con diez años de edad, ingresó en el instituto de Luitpol.
Sacaba buenas notas, a veces sin embargo él pensaba que los profes le tenían manía. En el instituto imperaba la disciplina y él tenía un carácter independiente, a menudo chocaba con la autoridad. Un día un profesor le habló con tono serio: “Einstein, usted es un chico inteligente, pero tiene un gran defecto: nunca permite que nadie le aconseje”.
En el instituto la clase de religión era obligatoria. Estudió el cristianismo y el judaísmo, la Biblia y el Torá (uno de los libros sagrados de los hebreos).

Su temprana fascinación por la ciencia

En las familias judías, como era costumbre invitaban un día a la semana a alguien necesitado. Acudió durante unos mese un judío ruso tan pobre como hambriento, llamado Max Talmey. Max estudiaba medicina y le traía a Albert unos libros de divulgación de la ciencia. A Albert le encantaban pero le crearon un serio conflicto. La religión y ciencia se contradecían. Max y Albert hablaban de todo esto durante largos ratos.
Un día Albert empezó a pensar en términos científicos y dejó las creencias religiosas. La ciencia le aportaba respuestas convincentes, la religión sólo preguntas e ideas imposibles de demostrar.
Por aquella época fue cuando se negó a aceptar cualquier imposición y a desconfiar de toda la autoridad.
En 1893 cuando tenía 14 años, las cosas empezaron a ir mal en la empresa de electricidad Einstein & Co, porque el ayuntamiento de la ciudad confió a otra empresa la iluminación de ciudad. El padre de Albert y el tío Jacob tuvieron que despedir a la gente y vender la fábrica. Al año toda la familia se trasladó a Italia, excepto Albert, porque tenía que acabar el curso. Fueron unos meses muy tristes para Albert.
Albert veía con tranquilidad la sociedad alemana se decantaba cada vez más al favor del nacionalismo y en contra de los judíos.
El instituto era un suplicio. Los métodos de enseñanza eran antiguos y a veces le planteaba cuestiones difíciles a los profesores. Ellos no sabían qué responderle. Eso les molestaba. Una vez izo enfadar tanto al profesor de griego que lo echó de la clase.
Albert había pasado las navidades solo y estaba en la última semana de 1894.Una mañana se montó en el tren que iba a Milán, muy cerca de Pavía donde estaban sus padres. Pero antes renunció a la nacionalidad alemana. No quería ser ciudadano de un estado militarizado y autoritario. Quiso adquirir