martes, 23 de enero de 2007

Textos informativos: -volcanes-Pompeya---

Autores: Elena, Ana, Paula
Fuentes de información: Internet
Pompeya
Pompeya, ciudad de la Antigua Roma que junto con Herculano y otros lugares más pequeños y situados alrededor de la bahía de Nápoles, fueron destruidos por la erupción del Vesubio en el año 79. En la actualidad cuenta con 25.751 habitantes y forma parte de la Provincia de Nápoles.
La ciudad fue fundada en el Siglo VII adC por los Oscos
En el año 62 un terremoto dañó seriamente Pompeya y otras ciudades cercanas. Durante el período que va entre ese año y el año 79, año de la erupción del Vesubio, la ciudad fue reconstruida, quizá con mayor suntuosidad en los edificios y el arte que antes. En el momento de la erupción, la cercanía de las próximas elecciones para ocupar cargos públicos servía de acicate a los más ricos de la ciudad para destinar dinero a la reparación de templos y otros edificios públicos, intentando ganarse así el voto popular. Varios de estos edificios conservan placas en honor de sus reparadores.
Tragedia del Vesubio
En el año 79 los pequeños terremotos que de cuando en cuando sacudían la zona aumentaron considerablemente, tanto en tamaño como en intensidad. Uno de ellos llegó a bloquear el flujo de agua del Aqua Augusta, el acueducto que abastecía a Pompeya y las ciudades vecinas, unas 48 horas antes de que se produjese la erupción que se avecinaba. A la una de la tarde del día 24 de agosto se produjo una explosión cien veces más potente que la de la bomba atómica lanzada en 1945 sobre Hiroshima. La parte más alta del Vesubio voló por los aires, comenzando la emisión de gases, polvo y cenizas a la atmósfera que configuraron lo que hoy se llamaría una nube piroclástica. Se calcula que la nube alcanzó entonces más de treinta kilómetros de altura.
La mejor crónica de la tragedia procede de los escritos de Plinio el Joven (quien se basó en muchas de las observaciones dejadas por su tío, Plinio el Viejo, y en su propia experiencia personal), que fueron relatados al también historiador Tácito en una carta. Plinio describe una enorme columna de humo gris y oscuro, «con la forma de un pino», brotando del Vesubio y perfectamente visible desde donde él se encontraba, en la villa familiar de Miseno (Miseno dista 30 kilómetros de Pompeya y se encuentra separada de ésta por la bahía de Nápoles[1]). Plinio el Viejo, que comandaba la flota de Miseno, recibió poco después una carta de auxilio de la mujer de un amigo suyo, atrapada en su casa de Stabia (hoy Castellamare di Stabia), no lejos de Pompeya. Deseando presenciar desde más cerca el fenómeno (tal vez con la intención de incluirlo en los nuevos tomos de la Historia Natural que estaba escribiendo) dirigió en persona una escuadra que cruzó entonces la bahía.
La mayoría de los habitantes de la región, en cambio, se encontraban hasta cierto punto tranquilos, ya que ignoraban todo lo relativo a los volcanes. El Vesubio llevaba más de 1.500 años sin entrar en erupción, mucho antes de la propia fundación de Roma y Pompeya, por lo que sus habitantes lo tenían por una simple montaña inofensiva. El desconocimiento se agravaba si se tiene en cuenta que en la época romana ni siquiera se tenía un verdadero conocimiento de lo que era un volcán: esta palabra, de hecho, no tiene equivalente en latín, sino que la voz actual en castellano procede del nombre de Vulcano, el dios del fuego y los metales cuya fragua se situaba en el Etna. Este volcán siciliano, único que hasta entonces había sido visto en erupción por los romanos, se consideraba como único en esta característica. Así pues, no es de extrañar que en un primer momento sólo una parte de los habitantes de la ciudad recogiesen algunas pertenencias y se marchasen presas del nerviosismo o el pánico. Poco después, la ceniza comenzó a acumularse en la atmósfera, formando una nube negra que el viento empujó hacia el sureste. Así, Pompeya quedó oscurecida como si se hiciese de noche en pleno día, mientras que Herculano, situada mucho más cerca del volcán, siguió bañada por el sol. A la ceniza le siguió una lluvia de piedra pómez sobre la ciudad, un fenómeno inaudito para los romanos, que pronto comenzó a acumularse sobre las calles y tejados.
Las únicas crónicas fiables de lo ocurrido fueron escritas por Plinio el Joven en una carta enviada al historiador Tácito. Plinio observó desde su villa en Miseno (a 30 km del Vesubio) un extraño fenómeno: Una gran nube oscura en forma de pino emanando de la cima del monte. Al cabo de un tiempo, la nube descendió por las faldas del Vesubio y cubrió todo a su alrededor, incluyendo el mar.
La «nube» sobre la que escribió Plinio se conoce actualmente como flujo piroclástico, una nube de gas, ceniza y roca sobrecalentados que es expulsada por un volcán. Plinio constató que hubo varios temblores de tierra antes y durante la erupción. También anotó que las cenizas caían en capas muy gruesas y Miseno tuvo que ser evacuada.
Su descripción reflejaba el hecho de que el Sol fue bloqueado por la erupción y la oscuridad reinaba en pleno día. Su tío Plinio el Viejo había partido en varios barcos (Miseno se encontraba frente a Pompeya, al otro lado de la bahía) con la intención de investigar el fenómeno. Plinio el Viejo murió aparentemente por asfixia causada por el dióxido de carbono tras desembarcar.
Gruesas capas de ceniza cubrieron dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones fueron olvidados. Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748. Desde entonces, ambas villas han sido excavadas revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. Realmente el descubrimiento tuvo lugar en el año 1550, cuando el arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para el río Sarno. Pero hubo que esperar 150 años antes de que se iniciara una campaña para desenterrar las ciudades. Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de visitar vuestra revista y tengo que deciros que me ha gustado mucho.

Este texto de Pompeya me ha parecido muy interesante.

Os seguiré leyendo.

Un saludo
Rogelio

Anónimo dijo...

Está muy bien esta HISTORIA

Anónimo dijo...

Me encanta esto de Pompeya. Tenéis que probar a hacer más textos informativos. Adiós!!!!

Anónimo dijo...

Hola, soy...
¡Estupendo! Lo más interesante es cuando el ólcán entra en erupción y caen cenizas. ¡Sois las mejores!

Anónimo dijo...

Hola soy Enrique. Me encanta. Lo más interesante fue la erución del vesubio. Adiós!!!

Anónimo dijo...

Hola soy Enrique, me encanta vuestro trabajo. La verdad es que es un texto informativo perfecto. A mi me encanta. La erupción del vesubio es lo más interesante.

Anónimo dijo...

Ola!
Fantástico.
Felicidades polos vosos traballos. Gústanme tanto que igual vos copio algunhas ideas para o instituto... (para o Terra de Turonio).
Adiante.
Bicos de mel.
Nacho.

Anónimo dijo...

Hola soy... María

Me encanta lo de pompella es una !!pasada¡¡¡¡

Yo estuve ahí pero la verdad no sabía muy bien la historia y m he quedado impresionada.

Un abrazo para todos los que hicisteis esto